Quizá

Muchas veces, todos, hemos pedido cinco minutos más. Cinco minutos que por lo general no son suficientes. Hemos tenido días que al parecer no terminarían nunca, rogado por horas extras y cobrado por el extra aparente que representan. Días que desaparecen de nuestra memoria. Años que tan sólo se presentan como detalles en nebulosa. Encuentros que no trascurren a un mismo ritmo y fugaces chispazos que alteran una vida. Todo esto me hace pensar que el tiempo, tan alejado de la consideración que tenemos, está más cerca de la percepción que de los sentidos.

1 comentario:

Una dijo...

Me gusta instalarme en esos días... de los pocos que me acuerdo.


Me volví adicta a quedarme sentada viendolos pasar.