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La vida que queremos tener es un gran proyecto, una gran aspiración que una vez realizada nos hará respirar y exhalar vida con cada poro, la satisfacción y alegría serán sensaciones constantes que deberemos entender en su naturaleza de cambio para hacerlas eternas. Ese proyecto se alcanza pero se sigue moviendo, de acuerdo a nuestro propio desarrollo, a ese camino individual que hacemos para recuperarnos a nosotros mismos y que no termina siquiera con la muerte. Esa aspiración máxima radica en una esencia puesta en práctica, es acción y fundamento. Pero así como llegar a ella significa moverse, ya desde ahora hemos comenzado esa búsqueda, a partir del instante en que somos concientes de su existencia. De esa forma es posible que cada día, en la multiplicidad de detalles que conforman nuestra realidad, nos demos cuenta que muchos de ellos ya son parte del gran proyecto. Escuchar esa canción, abrazar a esa persona, patear ese balón, escribir estas líneas y respirar esa sensación son parte de esa vida. El identificar esos momentos y disfrutarlos nos llevará no a tener, sino a vivir, desde hoy, esa vida que queremos, que ya hemos alcanzado y que solamente debemos ajustar, constantemente. Hemos estado viviendo la vida que queremos tener en sus partes más fundamentales, para todas aquellas que buscamos corregir lo único que falta es valor para cambiar, para dejar atrás. Todos, mientras seamos honestos con nosotros mismos, podemos disfrutar cada día de momentos en que somos la vida misma.

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