XVII

Aquel que cuenta crónicas fantásticas, no siempre significa que tenga esa vida maravillosa y que tenga otra forma de percibir. Simplemente las vive al momento en que las escribe. Escribir es buscarnos los espacios en los cuales pretendemos habitar, crear mundos y emular sensaciones. La escritura, al igual que la vida, es cuestión de experimentar, incluso el dolor más intenso para poder entender la alegría que quizá buscamos todos, esa totalidad de emociones que realmente somos y contradice cualquier rutina. Podemos habitar nuestra escritura, podemos convertirla en simulacro. La fantasía y la ficción son tan reales como nosotros mismos, está en nosotros su creación e inspiración, está en nuestra experiencia escribirla y en nuestra imaginación recordarla.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Toda la razón. Amo leerte.