Preguntas absurdas

Constantemente nos hacemos una gran serie de preguntas absurdas, preguntas como ¿qué quiero hacer?, ¿cómo me deseo sentir?, ¿cómo me gustaría vivir? Imaginamos la ligereza, la planeamos y pensamos en lugar de vivir ligeros; escribimos sobre futuras obras sin hacer razón de que ya estamos creando; enlistamos pendientes en lugar de hacerlos. Quizá lo que buscamos en esta vida son objetivos y metas que cumplir; lo único que cuenta son los fines que reflejan nuestra intención y anhelo, los fundamentos de nuestra esencia. También puede ser que ésta sea la forma de entender la realidad que nos han enseñado e impuesto en busca de justificaciones sociales y personales. Las intenciones no son más que palabra muerta hasta el instante del movimiento. Cualquier objetivo sin realizar es una frustración, un pendiente, un renglón en una lista de infelicidad, de ausencia y lamento personal, de martirio que sostenga nuestra holgazanería.

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